El exvoto: a las raíces de la espiritualidad popular mexicana
En la Roma de Cicerón, a los pies de las pirámides mesoamericanas, en las costas de Escandinavia, en las fuentes del Sena, en el sudeste asiático, se observa por todas partes la presencia de pequeños objetos variados, que son tantas ofrendas votivas a una divinidad, ya sea como agradecimiento, como acción propiciatoria. La práctica votiva es, pues, universal. Hoy en día su supervivencia es a menudo puesta en tela de juicio, sus testimonios se unen a algunas colecciones, especialmente privadas. A veces, como en México, se mantiene vivo alrededor de algunos santuarios populares, Chalma, Guadalupe, Plateros y por supuesto San Juan de los Lagos, cada uno con sus propias connotaciones. ¿Qué es un ex-voto? Su naturaleza es infinita, desde una fotografía hasta un zapatillo de bebé. Es un vínculo personal que actúa como acción de gracias ante el Divino. Los más elocuentes son, por supuesto, los pictográficos, donde se cuenta una historia, la de un milagro, de un signo. Es la cotidianidad, a través de un extraordinario que se expresa, al ras del suelo. Los exvotos forman un gran libro abierto, donde el pueblo mexicano continúa escribiendo su historia, día a día.
Thomas Calvo