México en un Espejo: Los Exvotos de San Juan de los Lagos (1870 - 1945)


Cultura popular y exvoto

"Los ricos también son mexicanos peregrinos".


                                               Guadalupe Loaeza.



La inventiva creadora que recorre estos centenares de láminas es un distintivo que a todas luces puede verse en cada uno de los exvotos. Sin embargo, ni siquiera esta imaginación puede considerarse como totalmente aislada de todo contexto, ya sea cronológico, social o cultural. Otra de sus riquezas, consiste en que nos permite remontarnos hasta las fuentes que alimentaron la sensibilidad y la mirada del pueblo que dirige sus pensamientos hacia la Virgen de San Juan.

El raudal más nutrido es, por supuesto, el que procede de la iglesia - el lugar sagrado, más que la institución. Ciertos exvotos se sitúan en su interior; sus altares, sus doseles (rojos) y, sobre todo, los cuadros que cuelgan de sus paredes, constituyen una constante y directa fuente de inspiración; sin olvidar, por supuesto, a los angelitos que flotan alrededor de los santos y que, en nuestros exvotos, servirán de modelos para toda una fauna de seráficos campesinos, pero también temibles violadores y demás salteadores de caminos. Aun cuando el clero se encuentra decididamente excluido del exvoto, algunas de sus enseñanzas no han sido olvidadas, si retomamos el tono moralizador que acompaña a algunos textos; subrayemos, no obstante, que los escritos son mucho más neutrales que la iconografía y que aquí, a todas luces, los oídos registran menos que los ojos.

Sin embargo, la mirada permanece abierta fuera de la iglesia, sigue la evolución de las decoraciones, de las modas, traduce los distintos medios sociales, dentro de su entorno, como ya lo sabemos. Pero sobre todo toma su inspiración de las nuevas técnicas, los nuevos procedimientos a todo lo largo del período, retomándolos servilmente o inspirándose libremente en ellos, según los casos. Hacia 1900 se populariza la fotografía, en forma de clichés de boda y, sobre todo, de tarjetas postales, a menudo ornamentadas; ambos procedimientos serán retomados, con mayor o menor insistencia En los años 1930-1940, el auge de la publicidad en soportes cada vez más diversos y comercializados (cajas, carteles...) brinda otro campo de imitación. Cierto es que la importancia de este ámbito permanece más limitada de lo que podría pensarse; en efecto, se trata de dos mundos (mercantil, religioso) separados. Hacia la misma época, el cine "charro" hunde sus raíces en esta sociedad ranchera del Occidente de México, proporcionándole a su vez algunos modelos.

Y, por supuesto, falta mencionar la influencia de la gran pintura, la cual encuentra auténticos maestros entre nuestros autores de retablo, principalmente hacia fines del siglo XIX, un momento culminante. En toda la región del Bajío es notable el arte del retrato. La miniatura que constituye la lámina, en ocasiones supo captar la riqueza de ciertas escenas "de género", tal como eran representadas en el siglo XVIII. Finalmente, el naturalismo de un Velazco no deja de tener eco entre nuestros artistas.

Se trata, por consiguiente, de un arte más "académico" - en todo caso, más complejo - de lo que aparece cuando se levantan los ramilletes de exvotos polvorientos que duermen en los santuarios; un arte que, sin embargo, conserva toda la frescura y espontaneidad, que le proporcionan fuerza y originalidad, de tal modo que, hoy en día, la producción "artística" retorna a esta fuente "popular".