México en un Espejo: Los Exvotos de San Juan de los Lagos (1870 - 1945)


Exvoto y religiosidad popular

"Sabemos que los exvotos, esos innumerables llamados de auxilio y acciones de gracias dirigidos  principalmente  a  la Virgen  y  a los santos,  constituyen  conmovedores  testimonios del fervor religioso.  ¿Proceden éstos de un arte popular?  ¿de un arte naïf?  Dejemos que los especialistas debatan este punto, ya que su verdadero significado es otro"


                                                        B. Plongeron



Con el exvoto nos encontramos en el corazón, no sólo de la expresión más profunda, sino también de la huella más directa de la expresión popular, en su búsqueda de lo divino.

No nos corresponde volver aquí a las discusiones abiertas en torno al concepto - arcaico, operativo, consensual o discriminante, poco importa - de "religión popular". Por lo demás, éste es uno de los ámbitos en los cuales se halla menos sujeto a discusión: se trata de la producción espontánea del pueblo laico, en sentido muy lato. Los exvotos de clérigos son sumamente raros, la intercesión de la Iglesia es prácticamente ignorada, o reducida a la impotencia.

El exvoto sólo se relaciona con la "religión oficial" a través de dos puntos: el lugar, es decir, el santuario, y la imagen sagrada a la cual está destinado el exvoto. La ortodoxia de estos dos elementos no puede discutirse. Sin embargo, observemos de paso que son frecuentemente iniciativas populares las que se encuentran en el origen, tanto de uno como de otro, mientras que la Iglesia recupera, tolera o prohíbe posteriormente, según el caso.

¿Cuáles son los rasgos de la religiosidad popular, tal como ésta se desprende de los exvotos? Se trata de una creencia concreta, sensible, que pasa por toda una serie de vínculos materiales: el santuario, la imagen sagrada, el rayo benéfico que emana de su representación,el gesto de acción de gracias, la representación -gráfica y escrita- del  milagro.  El fiel  sólo  accede  a  los  conceptos (enfermedad, protección, sacralidad) a través de convenciones, de una simbología. Cree incluso en las virtudes taumatúrgicas acumulativas, y no es raro ver hasta cinco imágenes sagradas sobre el mismo exvoto, cada una de las cuales da fe del milagro. En efecto, se trata ante todo de una fe que cree en el milagro. A través de ello, como ya lo hemos mencionado, esta creencia se inscribe en una religión de la reciprocidad, del "toma y daca", y no es raro encontrar la mención escrita de que el exvoto constituye la "recompensa" ofrecida a la divinidad. De ahí la familiaridad divinidad-fiel en la cual está inmerso el exvoto: el diálogo arriba mencionado no constituye una figura retórica.

¿Es religiosidad popular sinónimo de "religión de masas"? Es cierto que toda una faceta del fenómeno votivo se inscribe dentro de una práctica religiosa gregaria, como lo atestiguan los numerosos exvotos relacionados con peregrinaciones. Las de San Juan son ampliamente conocidas; pero Juan Rulfo ha asegurado el éxito literario de las peregrinaciones ligadas a Talpa. Sin embargo, el diálogo, aun cuando termina en forma de proclama, es ante todo un diálogo interior; el milagro, lo mismo que el cristianismo, es asunto de salvación individual o, en el mejor de los casos, familiar.