México en un Espejo: Los Exvotos de San Juan de los Lagos (1870 - 1945)


El milagrero, artista popular

"Poesía de brocha gorda"


                                        Alphonse de Lamartine



¿Qué es lo que separa al arte del arte popular, de la artesanía? En realidad, cada uno de nuestros exvotos participa de los tres. Tomemos las obras, numerosas, de aquel que llamamos "el maestro de SLP", y que estuvo en actividad desde fines del Porfiriato hasta la Revolución. Su producción es identificable a simple vista, con estereotipos -en la distribución del espacio, en el perfil de los personajes- que denotan la factura repetitiva propia del artesano. Múltiples ejemplos de "torpeza" (errores de perspectiva, desaparición de los tabiques) reflejan la frescura del arte popular. Pero, más allá de esto, existe un arte de la pincelada acuarelística, del colorido, que raya en el arte, sin más calificativo. 

Como todo arte genuino, el de los exvotos de San Juan de los Lagos posee sus  misterios. Existen retablos, aparentemente anodinos, que nos conducen a interrogantes sin fin. Es copia fiel (en cuanto a técnica, colorido...) de los exvotos conservados en los santuarios europeos, y que se remontan a los siglos XVII-XVIII ¿Cómo explicar esta permanencia en el corazón de México, a casi tres siglos de distancia?

Fácilmente se encontrarán otros motivos para interrogarse, para abandonarse a la fascinación, a la vez estética y reflexiva. Así, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX floreció, en la región del Bajío - principalmente alrededor de León -, una impresionante cantidad de milagreros, coloristas, retratistas, que unían el naturalismo al estilo naïf. ¿Conformaban estos artistas una "escuela", con todo lo que esto implica en cuanto a encuentros, influencias recíprocas? Sin lugar a dudas, no hay en ello nada fortuito: si bien "el maestro de León", el de Silao; poseen cada uno de ellos su propio estilo, del uno al otro se vuelve a encontrar el mismo amor por la textura (de los rostros para el de León, de los tejidos para el de Silao). Tal es la interpenetración de las influencias, que en ocasiones resulta difícil determinar con certeza a quién debe atribuirse tal o cual obra; así este exvoto posee la frescura ingenua de Bustos, en su primer estilo, pero al mismo tiempo la técnica del retrato del maestro de León.

Todos, sin embargo, confirieron a sus personajes la misma impresión angelical, procedente de la atenta observación de los rostros de los Cristos y Vírgenes que pueblan las iglesias del Bajío. ¿No eran ellos mismos, si hemos de creer al crítico Ramón Gaya, "mitad obreros, mitad ángeles" ?