México en un Espejo: Los Exvotos de San Juan de los Lagos (1870 - 1945)


La mujer en el exvoto

"Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí, a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río

se hubiera metido dentro de ella"


                                                          Juan Rulfo


La mujer ocupa en nuestro corpus un lugar esencial, y la hemos mencionado frecuentemente, por ejemplo a través de la propia N.S. de San Juan, engalanada con todas las virtudes femeninas - o, por lo menos, con las de la Inmaculada, de una virgen. Quizá sea por ello que, de acuerdo con el principio - muy conocido en la magia - de la eficacia de los contrarios, N.S. de San Juan concede una real protección a las parturientas (cerca del 11% de los milagros relacionados con enfermedades).

En la sociedad en la que viven, las mujeres tuvieron que aprender a sobrevivir; recordemos, por ejemplo, a esa "querida" que apuñala a su amante. Sin embargo, la figura más fuerte, tal como nos la restituye la imagen, es la de esa campesina, gallarda y orgullosa madre retratada en medio del campo, que da las gracias porque puede amamantar de nuevo a su hijo.

Así, las mujeres no son simples víctimas: trabajan al lado de los hombres, van a buscar agua al pozo (lo cual provoca numerosos accidentes), e incluso atienden, de manera privilegiada, a parte del ganado (los puercos, en particular), montan a caballo, conducen las carretas, etc.

Madre, diligente colaboradora de su compañero, ángel tutelar del hogar (como hemos visto, es ella la que asegura en forma prioritaria el lazo con la divinidad), la mujer ocupa el lugar céntrico. Aun cuando su papel sea menos ruidoso, menos vistoso que el del hombre, su estabilidad es prenda de perennidad. Se preocupa incluso por asegurar a su hijo "una buena compañera"; a ella incumbe también cuidar de los despojos de su hijo, cuando éste se ahoga, o sacarlo de las garras del "gobierno". Tan importante es su presencia, que cuando llega a desaparecer, el hombre se siente desamparado.

La mujer de los exvotos es como la heroína del cuento de J. Rulfo, "Talpa" (El llano en llamas): "en ese entonces Natalia parecía estar endurecida y traer el corazón apretado para no sentirlo bullir dentro de ella". Con mucha frecuencia es la madre, la esposa, la que toma la iniciativa del retablito. De ahí que la mujer también se encuentre en el origen de la peregrinación a San Juan, viaje iniciático, momento decisivo en el porvenir (no solamente religioso) de estas poblaciones del Occidente de México.